Mirar el destino en tus ojos, sin reproches,
para calmar de una vez la incertidumbre
y saber, ¡oh saber! si al menos por una noche
te entregaste al dulce sacramento de mi nombre.
Mirar tu cuerpo y el mío yacer enlazados,
sin pensar aún, que en breve olvidaré tus abrazos
en la memoria triste de otros labios no besados,
con los primeras gotas del rocío inaugurado.
Y ensimismada me diluyo en mirada inacabada....
Déjame,
negar en todos los lenguajes aquello que me ofreces,
dejar atrás los sueños no estrenados,
colgar en el armario las caricias y los besos
y separar lo real de lo inventado.
Cansada de rumores en espejos incurables,
cansada de noches de presagios,
cansada del deseo que estremece
cuando la noche adolece de adioses,
y en mis pupilas te me apareces.
Hoy estoy buscando el verbo y la palabra milenaria
para decirte amor: - déjame que me vaya.
¡Déjame que me vaya amor! ¡Déjame solitaria!
Gracias a la musa de la alcoba paralela (
http://alcobaparalela.blogspot.com/)
1:03:00 p. m. |
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